13 de junio de 2009

Palermo

Los viajes se han convertido en instancias de placer culinario, mi interés es conocer los mercados, los productos tradicionales, observar qué comen los lugareños, cuáles son las preparaciones típicas, visitar bares, cafés y restaurantes. A través de estás imágenes y descripciones quiero compartir con ustedes mi experiencia en Palermo, Sicilia.
Día 1

Llegamos en bus a Palermo (desde Trapani). Habíamos reservado una habitación en el bed and breakfast "La Finestra Sul Mercato" a pasos del Mercado de la Vucciria.

En un comienzo Palermo, la capital de Sicilia, no me pareció una ciudad fácil, hay que lograr abstraerse y ver más allá de la basura y los edificios que se caen, una ciudad descuidada y caótica. Pero al pasar las horas me enamoré de su historia, de la amabilidad y alegría de su gente, sus mercados y la comida.

Comenzamos nuestro recorrido, primera parada: La Vucciria. Este antiguo mercado está situado en pleno centro histórico de Palermo, ocupa las calles Via Argenteria, Via Cassari y piazza Sant’ Maria. Todo transcurre al aire libre, en la calle. Puedes abastecerte de frutas, verduras, pescado y mariscos, productos típicos regionales, carne y otros.



También hay algunos puestos donde preparan comida, aquí degustamos nuestro primer arancini. Son una especie de croqueta de arroz rellenas con ragú de carne o mozzarella. Se comen como aperitivo y su nombre deriva de su color naranja (arancia) por el azafrán.

Continuamos nuestro paseo, nos dirigimos al Mercado del Capo que se encuentra en la parte superior del antiguo barrio árabe. Al comienzo lo único que vimos fueron puestos de textiles, artículos para el hogar, ropa, bolsos y mucha gente, hasta que llegamos a la zona de alimentación. Nos tocó presenciar un matrimonio en medio del mercado, los novios e invitados felices adueñados del lugar, sacándose fotos.

Había varios puestos de especias, frutas, verduras, carne y pescado, lo que más me llamó la atención fue la variedad de berenjenas y calabacines; grandes, pequeños, redondos, largos, etc. Compramos aceitunas, tomates secos y seguimos descubriendo la ciudad.

En ambos mercados había una gran cantidad de puestos de comida callejera, había uno dónde cocían los pulpos y te daban los tentáculos con limón, otros del tradicional pane con la milza, pane e panelle o los arancinis.

Por la noche reservamos una mesa en el Restaurante Santandrea, ubicado en una pequeña plaza, detrás de la Piazza Sant Domenico, a pasos de nuestro B&B.


Nos costó escoger un vino de la larga y completa lista. Pedimos un blanco, Benedé Catarratto Sicilia del 2008, y un antipasto mixto para compartir (caponate, olivas, panelle, melanzana panata e fritta y bruschetta con peperoni, 9,50€) . Nos pusieron una botella de agua y una cesta con muy buen pan.


Las cartas en Sicilia se componen de antipastos, primer plato que suele ser pasta, segundo plato que puedes optar entre pescado y carne y finalmente el postre.

Nosotros optamos por la pasta como plato principal. Pedimos ravioli di pasta a lo zafferano farciti di zucchina e basilico, accompagnati da pescado del giorno (13 €) y pappardelle con pescato del giorno, pomodorini, capperi, oliva nere e lattuga riccia (11€).
Ambos platos estaban buenísimos, la pasta en su punto, sabrosos, la salsa perfecta.



De postre compartimos una mousse al marsala (4 €).

En todos los restaurantes de Sicilia cobran "cubierto", el precio depende del lugar, pero suele ser entre 1,50 a 3 € por persona.
Otro aspecto a destacar es que en todas las cartas o menús aparece destacado con un asterisco cuando el plato está preparado con un producto congelado.


Día 2

Deliciosa granita o granizado de fresas para desayunar y sobrevivir al calor, y a conocer la Catedral.
Comimos en la Trattoria da Toto, a lado del mercado la Vucciria. Pedimos un antipasto mixto (berenjenas, anchoas, tomates cherry, tomates secos, olivas y boquerones y atún marinado, 10 €) y una botella de agua.



De segundo compartimos un grillado de pesce (10€), era un plato de gambas, calamares y dos tipos de pescado (spigola y sarago).

Después de comer fuimos a buscar "la máquina" que habíamos alquilado y a la aventura de conducir, nada fácil en Palermo...

11 comentarios:

Núria dijo...

Sol, que maravilloso relato!! Estaba viviéndolo con vosotros a medida que leía. Me encanta visitar y conocer países, regiones...pero me chifla sobretodo conocer sus costumbres, su gastronomía...probar y conocer alimentos y comidas nuevas!! Habéis disfrutado mucho y cada vez me apetece más conocer Sicilia!!


Besos
Núria

Belén dijo...

qué buenas fotos!!!
todo se ve delicioso!!!!
qué buen viaje Sol!
Belén

Marta dijo...

Fantástica crónica y que envidia sana que me das Sol! Como a vosotros, me encanta visitar los mercados. Y vaya lujo de comida, yo que adoro la pasta...
Lo del coche me lo imagino, conducir en Italia es una locura.
Besos

jaume dijo...

Que lo pasen bien en Sicília. Vengan pronto a Fonteta para contarnos todo. Por cierto, tenemos pendiente un arroz negro en "cal Gitano" de Llafranc.

jaume

epa! dijo...

Me ha encantado todo lo que has contado de tu viaje; Sicilia es un destino que tengo pendiente, entro otras cosas por todo lo de la comida, etc (Jamie Oliver también tiene que ver) y ahora con todo esto que nos has enseñado, mucho más, muchas gracias! :)
B*

Carlos Dube dijo...

Desde el arancini hasta el grillado de pesce me parece todo tan apasionante... Ves nuevos mercados, gentes, ocio.. esto es lo que tiene vajar, y más desde el punto de vista culinario, dónde uno se empapa de casi toda la cultura local. Además tú lo valoras, y eso se nota. Grandes relatos los vuestros. Un saludo.

Anónimo dijo...

Qué recuerdos me traen tus palabras, además en esta época debe estar increible. Yo fui en agosto y casi me derrito.

Los mercados de Palermo son una experiencia única.

Liliana Fuchs dijo...

Qué bonitas las fotos; y qué apetecibles! Esos parppadelle tienen una pinta...

La verdad es que hay ciudades y pueblos que te consiguen enamorar por su carácter y por sus gentes, más allá de la apariencia externa que esconda su arquitectura o elementos urbanos. Sólo hay que pararse un poco y dejar que la esencia de cada lugar se te descubra...
Parece que Palermo es uno de esos sitios, de los que recuerdas siempre con una sonrisa :)

Luz dijo...

Qué entretenida crónica!
Se me hace agua la boca.... con lo que me gustan las pastas con frutto di mare.
Cuando visité Sicilia hace bastantes años, también me encantó.
Besos

sol dijo...

La estadía en Palermo fue una gran experiencia, volvería encantada, ¡se pasó tan rápido!

Gracias a todos por visitar "Cocina de Mercado", por leer y comentar.

¡Arrivederci!

Vero dijo...

LA verdad que me tentarooon!!!
Que ganas de recibir un delivery de Palermo de estas caracteristicas!!